EL HOMBRE SANTO REUNIÓ A SUS AMIGOS.
_ESTOY VIEJO -LES DIJO.
_Y SABIO -RESPONDIÓ UNO DE LOS AMIGOS- DURANTE TODO ESTE TIEMPO, SIEMPRE TE VIMOS REZANDO. ¿DE QUÉ HABLAS CON DIOS?
_AL PRINCIPIO, YO TENÍA EL ENTUSIASMO DE LA JUVENTUD.
LE PEDÍA A DIOS QUE ME DIERA FUERZAS PARA CAMBIAR A LA HUMANIDAD.
POCO A POCO, EMPECÉ A DARME CUENTA DE QUE ESTO ERA IMPOSIBLE, Y ENTONCES EMPECÉ A PEDIRLE A DIOS QUE ME DIESE FUERZAS PARA CAMBIAR A LOS QUE ESTABAN A MI ALREDEDOR.
AHORA QUE YA SOY VIEJO, MI ORACIÓN ES MUCHO MÁS SENCILLA.
LE PIDO A DIOS LO QUE DEBERÍA HABERLE PEDIDO DESDE EL PRINCIPIO.
_¿Y QUE ES ESO QUE LE PIDES? -QUISO SABER EL AMIGO.
_LE PIDO PODER SER CAPAZ DE CAMBIARME A MI MISMO.
De mi librito del alma, copiado con cariño para todos mis amigos...
María Luz
Hola María Luz, me atreví a entrar en tu blog, y me paseé por el, me gusta, otro día lo leo mas despacio, tienes mucho que ver y que leer, te dejo el mío por si lo quieres visitar, galibur.spaces.live.com
ResponderEliminarUn beso.