
Una vez más estoy parada ante el ventanal roto. Presiento que todo sucederá nuevamente y que como tantas otras noches no podré hacer nada para evitarlo. Sé que aunque me resista a entrar en el torbellino éste me atrapará….
Desde la calle ví a una niña asomada a una de las ventanas del viejo edificio. Subí por las escaleras lo más rápido que pude ya que los dos ascensores estaban ocupados. Tube que parar un poco en los descansos porque el corazón me latía a todo galope. Cuando llegué por fin al tercero C, atravesé la puerta que se abrío por las mismas fuerzas que me empujaban. El interior se iluminó como por un relámpago. Allí está la criatura que me mira azorada, su rostro está rojo como la grana de tanto llorar. Observo que está parada sobre una cama de dos plazas arrimada a un ventanal, golpeando con sus manitas el vidrio una y otra vez.
Busco en todos los rincones pero la pequeña está sola en ese cuarto desolado y frío, solamente iluminado por la luz de un farol que entra por la ventana despojada de cortinas. Todo se halla desordenado y sucio un olor nauseabundo invade cada rincón, me acerco a la criatura temblando como una hoja y la tomo en mis brazos tratando de consolarla pero ella continúa gritando, en su desesperación se restriega los ojos y la nariz con sus puñitos juntando mocos y babas que luego succiona como si fuera la teta de la madre. De repente presiento que la tierna cabeza de la niña estallará; pero es mi mente que me juega una mala pasada y me uno al grito de la criatura con todas mis fuerzas _¡mamá!... ¡mamá!...
Desesperada le busco algún juguete para que deje de llorar, diviso sobre la alfombra una muñeca sin brazos, se la doy, la nena la abraza y se calma al instante. La miro con cariño como si la conociera de toda la vida, tiene cabellos claros ensortijados, las mejillas regordetas sus ojitos claros me miran mansamente como si me conociera. Calculo que tiene dos años o tres, no más. Con la niña apretada a mí cuello me asomo por el ventanal tratando de averiguar a quién buscaba.
Desde la calle ví a una niña asomada a una de las ventanas del viejo edificio. Subí por las escaleras lo más rápido que pude ya que los dos ascensores estaban ocupados. Tube que parar un poco en los descansos porque el corazón me latía a todo galope. Cuando llegué por fin al tercero C, atravesé la puerta que se abrío por las mismas fuerzas que me empujaban. El interior se iluminó como por un relámpago. Allí está la criatura que me mira azorada, su rostro está rojo como la grana de tanto llorar. Observo que está parada sobre una cama de dos plazas arrimada a un ventanal, golpeando con sus manitas el vidrio una y otra vez.
Busco en todos los rincones pero la pequeña está sola en ese cuarto desolado y frío, solamente iluminado por la luz de un farol que entra por la ventana despojada de cortinas. Todo se halla desordenado y sucio un olor nauseabundo invade cada rincón, me acerco a la criatura temblando como una hoja y la tomo en mis brazos tratando de consolarla pero ella continúa gritando, en su desesperación se restriega los ojos y la nariz con sus puñitos juntando mocos y babas que luego succiona como si fuera la teta de la madre. De repente presiento que la tierna cabeza de la niña estallará; pero es mi mente que me juega una mala pasada y me uno al grito de la criatura con todas mis fuerzas _¡mamá!... ¡mamá!...
Desesperada le busco algún juguete para que deje de llorar, diviso sobre la alfombra una muñeca sin brazos, se la doy, la nena la abraza y se calma al instante. La miro con cariño como si la conociera de toda la vida, tiene cabellos claros ensortijados, las mejillas regordetas sus ojitos claros me miran mansamente como si me conociera. Calculo que tiene dos años o tres, no más. Con la niña apretada a mí cuello me asomo por el ventanal tratando de averiguar a quién buscaba.
Veo que la gente en la calle va de aquí para allá, como metida en sus propios laberintos, algunas personas fascinadas están ante los escaparates de moda. Puedo divisar también en el bar de enfrente a unos hombres tomando café y conversando animadamente; aislados totalmente de esta escena y de éste ser aquí abandonado.
¿Pretendería que la viera desde abajo y es por eso que golpeaba el vidrio?. ¿Pero qué hace aquí sola?
¿Pretendería que la viera desde abajo y es por eso que golpeaba el vidrio?. ¿Pero qué hace aquí sola?
Mil preguntas sin respuestas que taladran mi mente. Me pone furiosa el llanto de la criatura renovado con más fuerza, y el rechazo se hace carne hacia esas manitas regordetas que intentaban asirme las mejillas. Por un instante me invade el impulso y la aprieto fuerte, como queriendo fundirme en ella, con una necesidad imperiosa de llenar un espacio para luego cruzar el ventanal y desaparecer. Dominando el impulso primario la acuno con una emoción desconocida y de mis labios surge una plegaria primitiva, como mendrugos la canción nos encierra por un momento en una armonía incierta.
__”Duerme mi niño. Duérmete. Que María vendrá y te bajará una naranja del naranjal y un rico jugo te hará. Duérmete mi niño. Duérmete ya”.
Entre suspiros ahogados la pequeña se queda dormida. La contemplo dormir y no sé que hacer.
El frío de esa habitación me penetra los huesos, busco en la cama revuelta algo que abrigue a la criatura; un saquito amarillo asoma por entre las colchas; la cubro tiernamente.
__”Duerme mi niño. Duérmete. Que María vendrá y te bajará una naranja del naranjal y un rico jugo te hará. Duérmete mi niño. Duérmete ya”.
Entre suspiros ahogados la pequeña se queda dormida. La contemplo dormir y no sé que hacer.
El frío de esa habitación me penetra los huesos, busco en la cama revuelta algo que abrigue a la criatura; un saquito amarillo asoma por entre las colchas; la cubro tiernamente.
¡Qué bonita es!. ¡Pobre niñita!.
Observo que dormida sigue apretando en sus bracitos a la muñeca rota, y veo su boquita como aflorando un beso. Si mi Bicki pudiera ver a esta niñita.
¡Pobre hija mía!
que pensaría ella que se ahoga en un vaso de agua de éste ser aquí abandonado.
Hoy se fue para su trabajo enojada conmigo, y todo porque otra vez se quedó dormida, pero no me cree, que me canso de llamarla.
Esta mañana me sacudieron sus gritos mientras hablaba con alguien por teléfono. Yo la oía desde mi cama y prendí la radio para no escucharla, pero después en la cocina me la crucé. Estaba histérica, algo también común; luego me dijo que iba a tomar un té amargo recalcándome que estaba gorda por culpa mía que no cuidaba su dieta.
Antes de dar el último portazo me avisó que vendría tarde a comer y que traía a su jefe, le pregunté si estaban de novios pero no escuché la respuesta. Me repican sus palabras.
_No te olvides mamá de preparar una comida especial y vestite con algo decente no me hagas quedar mal con Agustín.
¿Por qué soporto que mi hija me trate de esta manera?
¿Por qué soporto que mi hija me trate de esta manera?
¿Qué me detiene, porqué no puedo dejarla y marcharme?
Espero que no se despierte esta criatura y la congoja la atrape nuevamente. Ya es noche cerrada, y se fue fusionando con la oscuridad del cuarto, esta atmósfera se torna asfixiante con cada segundo que pasa.
¡Siento que me ahogo!.
No puedo respirar por el fuerte olor rancio que despide este lugar.
De las paredes descascaradas están bajando unas imágenes conocidas.
De las paredes descascaradas están bajando unas imágenes conocidas.
¡Tengo mucho miedo!. ¿Como hago para salir de esta escena?
__ ¡Ayúdennos por favor!... mamá sabrás algún día cuánto te necesito, que estoy indefensa, ¡mamá el ventanal empezó a achicarse y el techo se va alejando hacia arriba, apenas por un puntito puedo ver un destello de luz!
¿Por qué la criatura aprieta mi mano y me señala hacia arriba? ¿Qué quiere decirme con su sonrísa dulce? !Uh conseguí una vez más escapar de esta tremenda pesadilla…
Estoy cansada de bajar los tres pisos por las escaleras, me apuraré un poco quizás llego a tiempo para prepararle la cena a Biky. La niña se quedó profundamente dormida después de bañarla y de darle una sopita. Pienso que mi hija estará furiosa porque su madre una vez más le ha fallado
!Otra vez el encargado en la planta baja!.
Estoy cansada de bajar los tres pisos por las escaleras, me apuraré un poco quizás llego a tiempo para prepararle la cena a Biky. La niña se quedó profundamente dormida después de bañarla y de darle una sopita. Pienso que mi hija estará furiosa porque su madre una vez más le ha fallado
!Otra vez el encargado en la planta baja!.
_ ¿Que tal señora, como anda?.
No sé porqué me fastidia este hombre. Aunque es cordial y siempre me abre la puerta con una sonrisa. Pero mejor lo saludo con un gesto nomás; no le quiero dar pie para que me ande averiguando. Los porteros siempre quieren estar al tanto de todo.
!Uh! !qué frío hace! y este viento que me golpea la cara. Tengo las manos agarrotadas de frío, mejor que me envuelva con mi saco amarillo; está viejo el pobre pero aun me abriga!.
!Uh! !qué frío hace! y este viento que me golpea la cara. Tengo las manos agarrotadas de frío, mejor que me envuelva con mi saco amarillo; está viejo el pobre pero aun me abriga!.
Las calles están casi desiertas a estas horas, algunas almas como la mía corren protegiéndose del invierno que golpea inexorable.
!Que hermoso está el cielo! Las estrellas con sus faroles también alumbran la habitación de la niña. Ahora sí puedo irme contenta...
”Duerme mi niño, duérmete. Que María vendrá y te bajará una naranja del naranjal, y un rico jugo te hará….
Y estoy aquí, una y otra vez, contemplando ese cristal roto....
Y estoy aquí, una y otra vez, contemplando ese cristal roto....
DEDICADO CON CARIÑO PARA MARÍA LOY
QUIÉN FUE LA 1º QUE ALENTÓ MIS SUEÑOS
(Profesora de literatura...del Centro Cultural El Ombú)
María Luz 2001
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